Prosigue la implacable revelación de la verdad acerca del autoatentado de Boston.
Un artículo de la revista Natural News revela que, al menos desde el año 2004, el gobierno E.E.U.U. ha utilizado a actores profesionales para poner rostro a las víctimas de atentados terroristas y así difundir determinadas consignas y propaganda de la forma más eficaz, algo que ya se sugirió ante las declaraciones a cámara de supuestos expertos y padres de víctimas en la masacre de Sandy Hook, pero que ha sido evidente en el atentado de Boston del pasado 15 de abril. Las fotografías tomadas por asistentes a la maratón muestran una escenografía más propia de un set de rodaje que de un suceso inesperado: los supuestos heridos aguardan instrucciones, la sangre, ausente en las imágenes iniciales, es luego de un rojo brillante "made in Hollywood" que la hace resaltar ante las cámaras (de ser humana se vería mucho más oscura), el supuesto doble amputado Jeff Baumann ha sido identificado como un actor mutilado, etc.
El artículo citado recoge el análisis de las imágenes por el profesor universitario James Tracy, quien concluye que la presencia de elementos teatrales es abrumadora.
Minuto 0:55: Al falso mutilado le retiran la pierna ortopédica para que pueda exhibir su muñón como si se lo acabara de conceder la explosión de la que estuvo absolutamente alejado.
Recordemos que en la línea de llegada de la maratón de Boston (calle Boylston, frente al número 666, un dato nada inocente) estaba prevista la realización precisamente de un simulacro de atentado con bomba. Pues bien, este artículo de mayo de 2003 recoge, entre otras instrucciones de las autoridades federales en relación con un ejercicio de simulación de atentado con "bomba sucia" (con material radiactivo) a realizar en Seattle, lo siguiente: "Los voluntarios y actores profesionales jugarán el papel de víctimas, que serán rescatadas, diagnosticadas, tratadas y descontaminadas".
Habéis leído bien, actores profesionales, al igual que los que esperaban en la línea de llegada de la maratón bostoniana para escenificar un zarpazo terrorista que nos han dicho que sorprendió a las autoridades, pero que estaba perfectamente planificado. Ahora bien, ¿quién podía haber previsto una reacción tan perfectamente orquestada sino los que perpetraron el atentado? ¿O ahora toca contarnos que toda la parafernalia cinematográfica fue contratada por dos emigrantes chechenos?
La hipótesis de la falsa bandera no es que sea la respuesta más coherente con los hechos, es que es la única coherente. Nos encontramos ante un clarísimo "inside job", un montaje al servicio de la propaganda federal.
Desde el 11-S el gobierno U.S.A. ha desplegado, después de cada atentado, una bien planificada campaña de imagen al servicio de sus intereses. En aquel momento la administración Bush lanzó el mensaje de que "América debía renunciar a sus libertades para derrotar al terrorismo", lo que se tradujo en la aprobación del Patriot Act y la creación del Department of Homeland Security. La masacre de Sandy Hook fue "aprovechada" para demonizar a los poseedores de armas de fuego y promover la revocación de la Segunda Enmienda, algo por lo que la administración Obama ha apostado fuerte, pero que el Senado acaba de rechazar.
Los desdichados hermanos Tsarnaev, confidentes del FBI para el que hacían un seguimiento de las redes islamistas en Internet (facilitando así el perfil de radicales con que se les ha presentado ante la opinión pública) fueron convencidos de estar participando en un mero simulacro. Colaborar en él era una forma de corresponder al subsidio recibido de los autoridades de Massachusetts: más de 100.000 dólares en los últimos once años, canalizados a través de la Oficina Ejecutiva de Salud y Servicios Sociales, una cantidad que excede con mucho a lo que correspondería a una ayuda a la inmigración.
Los hermanos chechenos, acosados, gritan que se rinden y, en ruso, "Мы невиновны!" ("Somos inocentes")
Pero, obviamente, su papel no era el que les dijeron, sino, al igual que los musulmanes culpados del 7-J (y asesinados por la policía británica), les tocó el de cabezas de turco para fingir ante la opinión púbica que el ataque provenía de fuera de los E.E.U.U., y no de los servicios secretos.
Dentro de los Estados Unidos las voces que acusan a la administración Obama de conspiración y crímenes contra sus propios ciudadanos están subiendo de nivel, e incluso la congresista por New Hampshire Stella Tremblay ha declarado abiertamente su convicción de que el atentado de Boston fue planificado y realizado por el gobierno. No ha sido la única:
Parece que la idiosincrática cretinez del ex-presidente le ha hecho cometer un lapsus -otro lapsus en toda esta extraña historia- que funciona como una confesión.
Hola
ResponderEliminarGracias por reunir tanta informacion en el articulo. Realmente nos ayudas a tener una mejor perspectiva de la actualidad. Espero, por el bien de la raza humana, que cada vez sean mas las personas librepensadoras y capaces de darse cuenta de la gran farsa en la que nos hacen vivir y defender.
Un saludo
Aun sabiendo la gran mentira, que nos la ponen delante de nuestra cara como si se rieran siguen estando ahi en el poder mintiendo y negando las imagenes...
ResponderEliminar